Mario Vargas Suárez
Hay quién ha escrito que el Partido Revolucionario Institucional está en proceso de aniquilación, pese a que en días recientes apareció la convocatoria para renovar la dirigencia nacional.
El que haya perdido en 2018 la presidencia de la República el Tricolor, es muy diferente que cuando perdió ante Vicente Fox Quezada (2000-2006) o ante Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012).
Todo indica que las votaciones del 2018, fue una apaleada de lo más apabullante, más que en las otras ocasiones con Zedillo o Madrazo, ambas ocasiones donde se impuso el Partido Acción nacional (PAN) como triunfador.
En la contienda del 18, la pésima política del de Atlacomulco, Enrique Peña Nieto, fue la más directamente responsable de los resultados donde el de Macuspana, Tabasco, se impuso por amplio margen a otros candidatos, incluyendo a la que habían sido fuerza peligrosa, el mismo PAN con Ricardo Anaya Cortés o en menor grado José Antonio Meade del Tricolor.
El Revolucionario Institucional podría tener la oportunidad de reorganizarse, pero la verdad es que la Costumbre del Poder, como escribiera Don Luis Sporta (+) y sus finanzas, hacen ver la aniquilación del otrora poderoso PRI
En Tamaulipas no es la excepción del panorama tricolor, muchos de los militantes y beneficiados de las canonjías del Poder en otras épocas, han brincado escandalosamente hacia MORENA o simplemente se mantienen al margen del partido.
La soberbia del PRI en otros tiempos, le permitió ser tan egoístas que incluso, un incontable número de inmuebles, sede municipal del Tricolor, jamás fueron registrados a nombre del Revolucionario Partido, por lo que la llegada de los Azules del PAN, permitió que fueran ‘recogidos’ y no negociados los bienes del Estado.
Internamente, los que siguen reacios a NO quitarse la camiseta, tienen luchas muy acaloradas, sacando trapitos al sol como si éste les pudiera limpiar de culpas pasadas, logrando con ello, que los que nunca han tenido ‘hueso’ ni siquiera dentro del partido, huyan de la cuestión partidista.
La misma presidenta del partido, Yahleel Abdalá Carmona, Licenciada en Ciencias de la Comunicación y estudios en Comunicación Académica, originaria de Nuevo Laredo, ataca sin misericordia a quien se atreve a cuestionar no solo su actuar político, sino financiero.
La comunicóloga de Nuevo Laredo se ha enfrascado en discusiones espurias, que no le han, ni le llevarán a ninguna parte, solo al enfrentamiento personal, como el que ha tenido con el Tampiqueño Don Roberto González Barba -viejo militante del PRI- que sigue buscando transparencia en su partido.
La Réplica, como título este espacio hoy, se refiere a la repetición de tantas y tantas veces cuando desde el centro del país, concretamente desde los ‘dueños’ del PRI nacional, pretendan imponer en Tamaulipas al nuevo presidente estatal del tricolor.
No es aventurado suponer que ya desde ahora, este nombrado al del PRI Tamaulipas.
La abogada, Doña Claudia Ruíz Massieu, cuyo apellido oculto es Salinas, al ser hija de Adriana Salinas de Gortari, pareciera cumplió con la tarea política de la poderosa familia: sepultar al PRI, ya convertida en Senadora de la República.
Como dato curioso o morboso, le comento que el padre de la todavía presidenta del PRI Nacional, fue el exgobernador de Guerrero, Francisco Ruíz Massieu, asesinado
cuando era Secretario General del PRI, en la presidencia de la República de su cuñado, Carlos.
Asesinato por cierto, donde se vieron involucrados tamaulipecos como el victorense Manuel Muñoz Rocha (desaparecido) y el llerense Andrés Araujo de la Torre, quienes se supone tuvieron nexos con el hermano incómodo, Raúl, de los mismos apellidos presidenciales y a quién le devolvieron lo incautado por la PGR.
¿Réquiem al PRI?