Maremágnum… MI LECCIÓN

Mario Vargas Suárez

La columna de ayer fue titulada Acciones Postpandémicas, inicié con la noticia fúnebre por muerte de uno de los actores mexicanos más relevantes de la comedia nacional. Solo que cometí el error de anotar el nombre de su hermano Alejandro, cuando debí escribir Héctor Suárez, admito la distracción.

En ese mismo párrafo, escribí sobre otra sorpresa fúnebre cuando leo de la muerte del puertorriqueño, José Feliciano, ese cantautor de la Trova Latina, ciego de nacimiento. Esta fue una falsa noticia, una inocentada en la que caí. Admito que al buscar la confirmación no encontré eco, pero pensé que recién había sucedido y quise ‘ganar la premisa’ y caí en la trampa del sensacionalismo.

Ofrezco mis disculpas a la Casa Editorial que me publica, pero también a los lectores que siguen este importante medio de información, una falta de profesionalismo de mi parte.

Recién escuché aquello de “pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de…” -ya me entendió-, cuando en los dos primeros días de este mes, el pico de contagios por el COVID-19 alcanzó los niveles más altos, pero “por la gracia de…” ya sabes quién, cedió más a las presiones de los vecinos, que a las protestas del comercio no formal, principalmente, y se abre la cuarentena… pau_la_ti_na_men_te.

Dentro de la lección de hoy, a propósito del COVID, está la amenaza de muerte a la que todos estamos expuestos con este virus, dicen que los más susceptibles es el grupo de edad mayores de 60, pero al ojear las estadísticas me percaté de la mentira. verifiqué mi escrito.

Otra lección de días antes, es la incredulidad de un gran sector de mexicanos, no centrados en la CDMX, en Tamaulipas o Yucatán, en general en el país.

Sorprende escuchar los argumentos de los incrédulos a la Pandemia y hasta en la mente de esos mexicanitos de entendimiento, aseguran que el gobierno quiere disminuir la estadística demográfica; otros aseguran que están combatiendo al comercio informal para dar espacio a los consorcios comerciales extranjeros y acabar con el ambulantaje.

Admito que existe un gran margen de incredulidad entre la población, por malas acciones del gobierno. Y categóricamente sostengo, no es gratis.

A manera de broma irónica: Un gobernante llega a la comunidad, el líder local pide dos cosas: Un médico para el dispensario, argumentando lo que usted debe imaginar. El gobernador de inmediato saca su celular, marca y con voz firme ordena que al día siguiente llegue un doctor… “Solucionado amigo, mañana les llega el médico ¿Cuál es la siguiente petición?” preguntó el político. “Que nos tramite la red de internet porque no tenemos señal.” Dijo el ciudadano.

La sociedad está harta, atiborrada, repletamente cansada de escuchar hasta contradicciones de quienes tienen el micrófono de la política municipal, estatal o nacional, lo mismo si es la primera autoridad, la segunda o la última, ya no queremos más mentiras e imposiciones.

La curva aplanada del COVID-19 no vemos que llegue, por el contrario, siguen aumentando los casos de contagios, encamados y fallecidos. ¿Cómo es posible que en un país como el nuestro, con poco más de 130 millones de mexicanos, tengamos 97 mil 326 enfermos confirmados y 10 mil 637 fallecidos?

El domingo 31 de mayo por la mañana, me entero de la muerte de don Julián, un hombre de la tercera edad que muere por COVID-19, solo acudieron a su cremación dos de sus tres hijos, el otro, se debatía entre la vida y la muerte en un hospital. Finalmente José, el mayor de ésos hijos, murió hoy miércoles, también víctima de la pandemia.

Es incalculable el número de quienes no creen lo que sucede. Se acusa de la ignorancia de la gente, su falta de cultura. También los que tenemos títulos universitarios opinan en el mismo sentido.

En ciudades como la de Monterrey, la capital del país y otras, abarrotan el Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano (METRO), lo mismo que camiones urbanos o combis, sin respetar distancias y omitiendo el uso de cubre bocas. Hasta los tacos banqueteros de todos olores y sabores ya se veían con buen número de comensales.

En algunas ciudades del mundo, como en la misma China, el rebrote que ya se esperaba, ha hecho su aparición y eso que los chinitos nos superan en el número de pruebas del COVID, mientras en tierras Aztecas la Secretaria de Salud no habla de un número, porque ha descargado en parte, esta responsabilidad en los laboratorios privados y ésos no entran a las estadísticas oficiales.

¿Cuál es su lección de hoy?