Mario Vargas Suárez
Es una verdadera pena que haya hombres y mujeres delincuentes incrustados en la vida política del país a quienes se les puede dar la categoría de “ladrones de cuello blanco”, que, valiéndose de una investidura constitucional, traicionen no solo la confianza de los gobernados, sino la de los propios colaboradores.
Sin preámbulo le pongo el nombre: Delfina Gómez Álvarez (Texcoco 1962) fue Alcaldesa de Texcoco, diputada federal, candidata al gobierno del Edomex, senadora y delegada de programas sociales con AMLO. Ahora es titular de la SEP.
No piense usted que he dado la categoría de delincuente a la Mtra. Delfina, por prestarse al capricho presidencial e impulsar el programa educativo “Llueve, truene o relampagueé” y hacer que el Sistema Educativo Nacional regrese a clases presenciales con sus profesores en plena Pandemia del COVID-19.
El tema contra la maestra, ahora autoridad máxima en educación, es porque después de varias indagatorias, el Instituto Nacional Electoral (INE), concluyó el viernes pasado que, ‘doña Delfis’, cuando fue Alcaldesa de Texcoco autorizó descuentos a trabajadores del municipio para que ésos recursos llegaran a Morena. Pero no fue solo para el partido del presidente, sino que una parte se destinó para su propia campaña como diputación federal.
El INE detectó que fueron 2.1 millones de pesos que llegaron a Morena por ese conducto y esa es la razón por la que multó al partido representado por Mario Delgado Carrillo, con el 200% de ese monto: Es decir fueron 4.2 millones, más otros ‘piquitos’ que sumaron 4.5 millones como sanción.
El pésimo episodio trajo a la mente la exhibida de aquél titular de la SEP, en el gobierno del de Atlacomulco, cuando se refirió a que los niños mexicanos debían “ler” acusándolo de su falta de cultura a quién incluso se le calificó como presidenciable.
‘Doña Delfis’ también pudiera alcanzar varios títulos, entre los que destacan el de delincuente, puesto que, según el propio marco jurídico, delinquió en el uso y abuso de sus facultades como alcaldesa de ese municipio conurbado con la CDMX.
¿El ejemplo? Malo… pésimo para la educación del país, de tal forma que no han faltado quienes aprovechen ‘el raid’ y ya demandan su destitución como titular de la Secretaría que educa a los niños, adolescentes y jóvenes mexicanos.
Desde luego que el presidente Andrés López de ninguna manera está para cumplir peticiones y menos de aquél grupo de Panistas que están solicitando una investigación al respecto y hasta señalan una acusación de carácter penal en contra de ‘doña Delfis’ por la comisión de delitos electorales, pero mayormente por atentar contra la economía familiar de los trabajadores al retener parcialmente el sueldo con fines políticos.
Desde luego que las huestes del partido del presidente, como siempre intentan justificar la situación y dirigentes de partidos opositores, así como legisladores federales insisten en la renuncia de la titular de la SEP, Delfina Gómez Álvarez, para dar paso a la investigación correspondiente.
Comentarios de actores políticos como la presunción de honestidad, transparencia, corrupción, austeridad, rendición de cuentas, etc., son utilizados como fundamento para la destitución de “doña Delfis”, a la que le suman desde la inhabilitación como servidora pública hasta la apertura de investigaciones penales.
Como el lector podrá imaginar, el ¿líder? de Morena, el defeño, Mario Delgado Carrillo, la noticia le hizo reaccionar con una nueva acusación al Instituto de actuar contra
su partido y promover una sanción desproporcionada. A decir de Delgado Carrillo, el INE ‘busca sancionar de forma dolosa’ a Morena. ¿Usted le cree? Yo, no.
En fin, veremos y opinamos.
En contradicción al título de hoy, llama mucho la atención sobre algunos titulares de prensa de comunicólogos muy respetables en Tamaulipas, que publican sobre la elección del nuevo rector de la Autónoma, pues se había rumorado que el Mtro. José Andrés Suárez Fernández, se reelegiría.
Lo sorprendente es que en estos últimos días se está manejando un solo nombre, el del tesorero Guillermo Mendoza Cavazos, dejando sin mención a connotados profesores e incluso directores y exdirectores de la Universidad.
El Estatuto Orgánico de la UAT señala en su Artículo 27: Para ser Rector: I. Ser mexicano; II. Mayor de 30 años; III. Título de licenciatura y Grado de Maestría que ofrece la Universidad; IV. Antigüedad mínima de cinco años al servicio de la Universidad en actividades docentes y de investigación; VI. Productos o publicaciones académicas; VII. Honorable y prudente; VIII. No ser ni haber sido ministro de algún culto religioso; IX. No ser funcionario ni empleado de los gobiernos de la Federación, del Estado o los municipios.
Los universitarios son los que mandan…
¿Alguna autoridad externa intervendrá?