Mario Vargas Suárez
Empiezo por el municipio, capital de Tamaulipas, donde a una semana de haber tomado posesión de la alcaldía, Eduardo ‘Lalo’ Gattás Báez, cumple -aun parcialmente- con el compromiso de recoger el tiradero de basura citadina que dejó la administración del Dr. González Uresti y de la sustituta, abogada Gómez Leal.
Entiendo que somos más de 340 mil habitantes los de CDVIC, con poco menos de 350 entre colonias, fraccionamientos abiertos y privados y no cientos, deben ser miles de calles las que conforman la otrora Ciudad de la Cotorras, que por cierto ya son 271 años de su fundación. Pendiente festejos, supongo por COVID-19.
Me parece pertinente hacer énfasis en el renglón de la pavimentación porque alguien descubrió con sorpresa, que muchas de las calles victorenses aparecieron en el padrón de gobierno como pavimentadas, pero la realidad es muy diferente, ya que esa tierra jamás ha ‘olido’ por lo menos el asfalto y menos el cemento hidráulico.
Pero como dijo la abuelita del comercial, “pero ésa… ésa es otra historia”. Lo que sí es real es que la mañana de este jueves bendito, por el rumbo oriente de la capital, los habitantes de ese sector se percataron del excesivo ruido de automotores al filo de las 10:30 y con sorpresa los vecinos descubrieron que el servicio de recolección de basura sí existe en la administración de Lalo Gattás.
Las calles ahora presentan un aspecto diferente y es justo reportarlo porque lo mismo vamos a publicar lo bueno y lo malo de nuestros gobernantes, sin importar el color partidista que ostenten.
Los residentes de Victoria hemos de creer cuando no sean ‘llamaradas de petate” como tantos políticos de todos niveles que inclusive hablan de puertas abiertas y de oír a los contribuyentes, pero se sigue igual y en ocasiones peor.
Celebro que los victorenses no llegaron al hartazgo como los oaxaqueños que cansados del desdén del alcalde de la capital de ese estado, fueron a tirar un camión repleto de basura a la puerta de su domicilio en la Vieja Antequera, pero también cerraron calles y avenidas hasta con los carritos de limpia.
Otro tema tamaulipeco que entra en el título de hoy, se refiere a que un primo del gobernador del estado, José Ramón Cabeza de Vaca Castillo, a quién se le involucró con el titular del Ejecutivo del Estado, en la comisión de delitos federales ante la Fiscalía General de la República, ahora emprende demanda contra el senador suplente de Morena, Alejandro Rojas Díaz Durán Rojas.
El denunciante declaró que el suplente del senador Ricardo Monrreal, lo acusó de prestanombres en favor de su primo, el titular del ejecutivo tamaulipeco, por lo que interpuso una demanda ante las autoridades federales por el probable delito de falsedad en declaraciones.
En la denuncia contra Cabeza de Vaca Castillo, Alejandro Díaz Duran Rojas acusó al pariente de gobernador como prestanombres, a través de su esposa y que adquirieron bienes inmuebles en Gringolandia, particularmente en el Estado de Texas.
Agregó el primo “…Y que tenemos una empresa de una revista con valor de 72 millones de pesos… todo esto es falso, tengo las pruebas que van a acreditar que todo eso no es cierto”.
Seguro de su actuar dentro de la ley, Cabeza de Vaca Castillo dijo en el pórtico de la Fiscalía General, y siempre acompañado de su abogado, Guillermo Urosa, que posee la doble nacionalidad (México-Americano) y que actualmente se desempeña como síndico regidor en la ciudad de McAllen, Texas.
En su querella José Ramón Cabeza de Vaca, solicitó a las autoridades de la Fiscalía General, que citen al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, con la finalidad que aclare por qué lo vincula a una supuesta red de lavado de dinero que se le señala al gobernador.
El abogado Urosa comentó que la denuncia contra Rojas Díaz Durán es por falsedad de declaraciones al externar que las bases de lo que presentó fueron publicaciones en medios de comunicación.