Mario Vargas Suárez
Un mexicano, casado, padre de familia de más de ocho hijos y con una vida catalogada como pobre; vio con tristeza que conforme sus hijos crecían, buscaban otros aires donde la ‘suerte’ les permitiera logros diferentes a los que vivía en la casa paterna y claro que lograron su objetivo.
Pasado el tiempo los jóvenes hijos de ese matrimonio, alcanzaron la libertad de trabajo y permitiéndose el lujo de ayudar con envíos de dinero, a sus hermanos y a sus padres, mientras éstos continuaban con su forma de trabajar tradicional y sus reglas limitativas.
Los dos párrafos que acaba de leer, intentan ubicarnos en el contexto nacional y la relación con los mexicanos que huyeron al extranjero, simplemente porque la política pública de los últimos gobiernos mexicanos, han sido incapaces de dar trabajo a los de casa.
El título pudiera parecer contradictorio y admito, es vergonzoso que el Ejecutivo Federal presuma, desde el Palacio Nacional, el orgullo de romper récord por el monto de las divisas que generan los mexicanos en el extranjero.
Infiero que lo producido en el interior del país, no es equiparable a lo que los ‘braceros’ en Estados Unidos, logran… Desde esta perspectiva, entiendo que no son pocas las cosas que deben andar muy mal en la producción de finanzas nacionales.
Los medios impresos y por la red, informaron que las remesas en favor de México alcanzan un récord histórico que ascendió a 51 mil 594 millones de dólares en 2021. Es decir, el 27.1 más que el 2020, según el Banco de México.
Si partimos del concepto de vergüenza entendemos es una emoción social que surge cuando valoramos nuestras acciones como negativas, teniendo miedo a ser juzgado negativamente de manera real o imaginaria, incluso fomentando rechazo hacia uno mismo.
Desde esta óptica acepto el sentimiento de culpa por no poder emplear a nuestros compatriotas, actitud que Manuel López, titular de la presidencia, seguro no comparte, porque en sus declaraciones se ve orgulloso de este ‘record histórico’.
Con reflexión, llego a la conclusión de que la política laboral no de ahora, sino de hace muchos años, en la producción, en la economía, etc., históricamente no ha sido capaz de permitir que nuestros connacionales, encontrar fuentes de trabajo que satisfagan sus necesidades primarias, de tal forma que tienen que salir de casa, para lograr lo que no alcanzaron aquí.
Es una vergüenza que el gobierno mexicano haga gala pública de las ganancias de los de fuera y conste, son más los que nos quedamos en México.
En un cambio radical del tema, me pregunto la razón por la cual, la Secretaría de Educación Pública -léase gobierno federal- no pone fin a los desmanes que provocan los ¿estudiantes? de la Normal Rural Isidro Burgos, en Ayotzinapa, Gro.
Se sabe que la institución pertenece al nivel superior y es exclusiva para varones del sistema de escuelas normales rurales concebidas como plan de masificación educativa implementado por el estado mexicano a partir de la década de 1920, cuando Moisés Sáenz (1888-1941) era secretario de Educación Pública.
El proyecto de las normales rurales tuvo un fuerte componente de transformación social y adicional, han sido semillero de movimientos sociales en el país, por lo que un
buen número de estas instituciones fueron convertidas en secundarias técnicas en la década de 1960-1970.
La Normal Rural de Tamatán, en la capital de Tamaulipas, fue cerrada con este criterio cuando los estudiantes fueron recibidos con autobuses en la puerta de la escuela y trasladados a distinta escuelas hermanas en el interior del país, mientras la SEP abrió la convocatoria para estudiantes de secundaria, sin internado.
Con esta misma estrategia cerraron varias escuelas normales en el país, no hay una verdad oficial sobre los motivos, solo inferencias que suponen eran las más ‘guerrilleras’ o ‘rojillas’.
Desde este antecedente podemos plantear ¿Cuál es la razón del gobierno federal por la que permite las funciones al margen de la Pedagogía, de la escuela Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa?
Es cierto de la desaparición de los 43; también es cierto que los que se dicen estudiantes se han alejado completamente de las aulas, para convertirse en un problema social, que lo mismo cierran carreteras, extorsionan automovilistas y secuestran todo tipo de vehículos automotores. Esta última vez, al ‘defenderse de la Guardia Nacional’ estuvieron a punto de ocasionar varias muertes cuando lanzaron un tráiler de Soriana que terminó chocando contra una construcción.
Los que se inscribieron como estudiantes dejaron de serlo, porque no asisten a un aula, ellos mismos utilizan la Normal, más como centro de operaciones, que como templo del saber científico.
¿Vergonzoso Orgullo?