Mario Vargas Suárez
Vamos a votar… a distancia
¿La distancia importa? Me parece que sí Sobre todo en una relación personal, por más simple que parezca. Debo reconocer que en la distancia es obligada la comunicación, como elemento indispensable entre quienes participan, directa o indirectamente.
Muchos matrimonios por cuestiones laborables viven en ciudades diferentes y las visitas al hogar familiar se procuran, de acuerdo a los lugares que habite uno y otro. He conocido parejas que durante muchos años vivieron en ciudades distantes varias horas y al radicar finalmente bajo el mismo techo, terminaron en el divorcio.
Desde luego existen matrimonios donde la distancia es la solución a los problemas de pareja, aunque finalmente se pierden de muchas experiencias juntos, más si hay descendencia y puede aparecer el peligro de la infidelidad.
Es claro que vivir lejos de casa impide disfrutar o sufrir las experiencias de quienes cotidianamente conviven porque ‘los de fuera’ no dimensionan los conflictos que se pudieran presentar en el hogar familiar y al enterarse, valla que intervienen como si también vivieran el trance, pero indiscutiblemente otra es perspectiva.
Exactamente es lo mismo que opino de los mexicanos que por una causa u otra, salen del país, generalmente a trabajar para buscar una mejoría de vida y aunque sean aspiracionistas, según la percepción presidencial, no pueden… están impedidos por la distancia geográfica a dimensionar la problemática que vivimos en el país.
En este México Nuestro, desde el inicio del sexenio, existe una gran división social, provocada por el presidente de todos los mexicanos, todo porque algunos nos cansamos de creer en falsas promesas, engañosos discursos, mentiras políticas que, finalmente ha radicalizado a la población, incluso con adjetivos descalificativos, ruines que ahondan más en la herida nacional.
En una postura visiblemente política, nada práctica, se acondicionó desde hace el 2005 -gobierno presidencial de Vicente Fox (2000-2006)-, la ley para que mexicanos en el extranjero voten en la elección local o federal.
La primera experiencia fue en las presidenciales del 2006, y poco a poco se ha ampliado la cobertura del voto de los mexicanos en el extranjero, incluso en la próxima elección sobre la ¿Revocación de Mandato?, también ellos pueden decidir si el de Macuspana, Tab., Manuel López, continúa o no en la presidencia de México.
Y pese a que existe la muy violada Ley Electoral en su parte de la veda, los mexicanos de aquí, de dentro del país, vemos con tristeza que no se cumple. Solo en Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas, -estado gobernado por un partido diferente al presidencial- se cuentan algo así como 67 espectaculares que, hasta el momento de escribir este espacio, promocionan la permanencia del presidente. ¿Y la veda?
Un joven mexicano de poco más de cuatro décadas de edad, radicado en el extranjero, preguntaba hace días sobre la posibilidad de inscribirse para votar. No es mojado, su estadía es legal en el país donde radica, aunque ha vivido en Alemania, Canadá, Inglaterra, España, etc., pero quiere votar ¿por México?… No pregunté en qué sentido iba e emitir su sufragio, pero recapacité sobre el interés que pudiera tener una persona que más de la mitad de su vida ha radicado fuera del país.
El jurista Emilio Óscar Rabasa Mishkin (1925- 2008) político y diplomático mexicano, Secretario de Relaciones Exteriores de 1970 a 1975, doctor en derecho por la
UNAM, publicó un texto sobre el tema donde señala su comprensión sobre las razones políticas partidistas, equidad electoral, simpatías y, el apoyo de todos los partidos políticos, en ocasión a la Iniciativa de Ley sobre el voto de mexicanos en el extranjero.
Escribe Don Emilio: “…los partidos -especialmente PRI y PRD- han presentado sus propias propuestas en el mismo tema del voto mexicano en el extranjero, aunque nadie sabe con exactitud, el número de mexicanos en el extranjero…” dice el jurista en un texto universitario fechado en 2004.
En este 2022, ¿Cuántos millones de mexicanos radican solo en Estados Unidos? Se entiende por consecuencia que la causa real desde un inicio, es que los mexicanos representan materia prima de cuantiosos votantes, para presidente de la República, para gobernador, para la revocación.
Conservadoramente hay quién señala un mínimo de cinco y más de millones de compatriotas. Continúa diciendo Emilio O. Rabasa, “…tomando el número de los cinco millones, supera los aproximadamente tres millones de diferencia que logró Fox sobre Labastida para ocupar la sede de Los Pinos. Así de trascendental resulta el asunto…”
En otras palabras, según el ex canciller mexicano, allá por el 2004 el fiel de la balanza estaría, no en territorio nacional, sino en Estados Unidos, quién logre la mayoría allá, es decir, el voto extraterritorial, léase ‘el de los mexicanos en el extranjero’
Sin duda nunca vamos a terminar de sorprendernos. ¿Le parece?