Sin duda que las tres campañas para la elección de gobernador en Tamaulipas estaría de rechupete para algunos analistas, sobre todo por los ‘asegunes’ que se vislumbran en los resultados, pues dos siguen siendo los bandos (coaliciones) que se disputan el liderazgo en las encuestas de opinión.

El tercer candidato casi es invisible porque los números de uno y otro bando lo siguen ubicando en tercer lugar y son tres los candidatos… Además, la distancia entre el segundo y el último es exorbitante larga, pese a las giras por los 43… no estudiantes, sino los 43 ayuntamientos de Tamaulipas.

Lo que está muy claro es que los motores de la campaña oficial y extraoficial siguen calentándose a temperaturas muy altas, porque no solo en el contexto de los candidatos, sino entre la representación del partido del presidente que persiste en las embestidas contra el gobernador tamaulipeco, Francisco García Cabeza de Vaca.

La historia reciente habla de los infortunios contrastes legales, cuando se han utilizado instituciones para imponer criterios que pudieran favorecer una corriente gubernamental, solo que hay inteligencia humana de ambos lados y en el mismo tenor se ha contestado y parecía no había pasado de inquietudes, fuertes, pero que ahí encontraron su recinto.

Desde el inicio de las precampañas se identificaron dos candidatos finalistas y ambos por coaliciones: Todos por Tamaulipas (PAN, PRI, PRD) y Juntos Haremos la Historia (Morena, PT, Verde). A tres semanas de que concluyan los esfuerzos por ganar simpatizantes, el candidato del Movimiento Ciudadano, sigue igual.

Los comunicadores que siguen las tres campañas, coinciden que el victorense Arturo Diez, quizá no concluya el ejercicio para el que se inscribió y termine declinando en favor de una coalición y se presume negociará con el Dr. Villarreal Anaya.

Lo extremadamente cálido no solo es el clima atmosférico, sino el clima político cuando ayer se hizo pública la denuncia presentada por Morena contra el gobernador Cabeza de Vaca, porque declaran está “…criminalizando a alcaldes y diputados… inició un proceso de persecución y criminalización en contra de todos los actores políticos de Morena…”

Lucio Ernesto Palacios, delegado de Morena, y los dirigentes del verde Ecologista y del Partido del Trabajo, legisladores federales, locales y alcaldes lanzaron su S.O. S. nacional para activarse contra las amenazas del mandatario tamaulipeco, al haberlos relacionado con la delincuencia organizada.

El tema de alerta está tan de elevado color, que el delegado del partido presidencial habla de la suerte del país y de la misma 4T, por la “batalla desigual entre la torpe y terca violencia de las mafias del poder, y las posibilidades de traer un cambio que garantice progreso y esperanza”.

El temor o el enojo, seleccione el término, es porque desde el Palacio de Gobierno, Francisco Cabeza de Vaca hizo pública su denuncia de los hechos sucedidos en torno a la campaña electoral para elegir a su sucesor y que, bajo su punto de vista, existen actores políticos locales y nacionales involucrados con la delincuencia organizada que tienen las manos y pies metidas en la contienda.

Los de Morena declaran que el mandatario estatal es “…el último reducto del conservadurismo anacrónico se ha enquistado en Tamaulipas y pretende que, con violencia, va a resolver a favor un juego que ya tienen perdido.”

Algunos comunicólogos del estado y país, han omitido el tema, porque vislumbran un conflicto de intereses muy fuerte, no solo por la sucesión de Tamaulipas, sino que este triunfo o derrota, pudiera ser la brújula en la elección presidencial del 2024 que en su momento pudiera darse muy aterciopelada o, por el contrario, demasiada áspera entre los dos partidos ahora en disputan el Poder Ejecutivo en Tamaulipas.

No obviemos que muchos Priístas finalmente se vieron obligados a bajar de sima para decidirse por un partido -de los dos que son los fuertes- y lo peor es que en uno y otro tienen relaciones de amistad política.

El peligro será el abstencionismo y nos arriesgamos a tener un gobernador con pocos votos, poca aceptación, mínima simpatía, ¿abundante? desconfianza, escasez de esperanza, carencia de oportunidades de progreso.

No importa si solo hay 100 votos en las urnas, con ése número se puede ganar, por lo tanto… ¿Los votos cuentan?