Por Aníbal Martínez
Vendido…vendido le gritaron sus representados a Arnulfo Rodríguez Treviño, cuando quiso anunciar que mañana tenían que regresar a clases.
Está tarde fue para el líder de los maestros como el cielo se pintaba en Ciudad Victoria:gris.
Con un retraso de cerca de 90 minutos, Rodríguez Treviño llegó a informar a sus agremiados los acuerdos alcanzados en la Ciudad de México, luego de días de paralizar las labores escolares de la casi totalidad de los planteles escolares de Tamaulipas.
Cuando tomó el micrófono demostró su ‘colmillo’: les fue hablando despacio de los 22 acuerdos logrados con la Secretaria de Gobernación; Secretaria de Educación; Gobernador de Tamaulipasy el SNTE nacional.
En realidad, su estrategia estaba enfocada a dar el golpe final: retornar a clases.
El hecho de que dijera, cuando un maestro a gritos pidió la salida de Cuca Varela, de que ‘eso es facultad del gobernador’, por lo que dejó entrever, que su exigencia de la remoción de la titular de la SET, Lucía Aimé Castillo Pastor, quedaba atrás.
Luego a coro los mentores solicitaron la caída de la Secretaria de Educación del Estado, y esto lo obligó a hablarles, a quienes estaban fuera del edificio donde despacha Lucía Aimé Castillo, casi en tono de un padre.
Les recordó que para los maestros no hay más importante que educar a los niños y jóvenes.
Ahí se le vino el mundo encima: a una sola voz, resurgió el grito de ‘fuera Aimé… fuera Aimé ‘.
El sabio líder estaba rebasado. No podo asestar el golpe final, decirles que mañana tenían que volver a los salones de clases,por lo que, prácticamente corrió a la prensa, que él mismo había invitado a ese lugar.
Esa forma grosera de correr a sus convidados, originó que los asistentes a esa reunión, arremetieran contra los medios de comunicación, a quienes insultaron, y los llamaron vendidos.
Ya sin prensa, pero con micrófono abierto se pudo escuchar decir a Arnulfo Rodríguez Treviño, ‘mañana regresamos a clases’ para agregar: ‘vámonos… vámonos’ y fue sacado por sus compinches, huyendo de la SET.
Arnulfo, en cuestión de días pasó de héroe a villano: los gritos de ‘nos fallaste’ y después ‘vendido’, son ejemplo de qué Rodríguez Treviño cayó de la gracia de miles de maestros que confiaban en él.