ANIBAL MARTINEZ
Cuando las manecillas del reloj se juntaron, 12 de medianoche, cayó el último voto a favor de la reforma al poder judicial. Fue el de NOROÑA, en su calidad de presidente del senado de la república. 3 minutos después, 12.03, del miércoles, se daba a conocer que con 86 sufragios a favor y 41 en contra, la voluntad popular, ejercida mediante el voto libre y secreto, el pasado 2 de junio, quedaba cumplida.
De nada sirvieron las campañas mediáticas, en color negro, que se desataron en medios comprometidos con los grandes intereses políticos y económicos de unos cuantos, azuzando el miedo sicológico, tomando como base, principalmente, la cuestión económica.
Tampoco los paros ¨locos’ y las marchas pesaron para detener el deseo de la mayoría del pueblo mexicano, de reformar un poder corrompido hasta sus raíces.
Expuesto a la oscuridad por décadas, el poder judicial se convirtió en zona de confort de quienes lo integran. Obviamente, como siempre sucede, un grupo pequeño, tal vez unos 1650, resultan los más favorecidos.
Todos los presidentes que antecedieron a AMLO sabían de lo manejos rapiñeros que se hacía del presupuesto que se les destinaba. Pero como eran necesarios para sacar adelante sus intereses personales o de grupos, les dejaban pasar todo. Nadie se fijaba en sus salarios, en sus gastos, en como daban las plazas a sus familiares, o en que sentido (¿vendían?) las sentencias a los delincuentes, de cuello blanco y criminales.
Sin embargo, el grupo de ministros, con NORMA PIÑA a la cabeza, concentró más poder que el ejecutivo y legislativo. Les rechazaba cualquier iniciativa que perjudicara a los grandes capitales, nacionales y extranjeros.
Ante ese proceder, a LOPEZ OBRADOR no le quedó otra que comenzar a planear como maniatarlos y luego echarlos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de los tribunales y los juzgados.
En primer lugar, y luego de que en las elecciones intermedias MORENA y sus aliados del PV y PT, perdieron la Cámara de Diputados, el mandatario, junto con sus cercanos, trazaron la ruta para volver a controlar las 2 cámaras.
Pero, además, desde las mañaneras, se comenzó a exhibir los excesos de la SCJN. LOPEZ OBRADOR puso a la vista de la opinión pública cuanto ganaban; los “sabadazos”; las libertades a integrantes del poder económico y criminal; que en ese poder los trabajos se repartían entre las familias; que violaban la Constitución al ganar más que el Presidente de la República; que guardaban los expedientes en los cajones y que no los concluían para no afectar a los poderoso ( como a Salinas Pliego, que debe cerca de 63 mil millones de impuestos).
ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR fue mediatizando a los mexicanos de la podredumbre del poder judicial. Y lo logró. Si usted habla con cualquiera de este tema, su contraparte está enterado de lo pillos que han sido los del Poder Judicial.
Pero, además, para reforzar la lucha de AMLO contra ese grupo, reformar el poder judicial fue propuesta de campaña de CLAUDIA SHEINMABUM. Por lo que en las pasadas elecciones federales, ese planteamiento fue votado mayoritariamente por los sufragantes.
NORMA PIÑA y su grupo, del poder judicial y los empresarios, nunca entendieron los planes de LOPEZ OBRADOR. Se cerraron y jamás quisieron acercarse a negociar. Se fueron por el todo o el nada.
Creo que la ministra presidenta tenía la esperanza de que las elecciones del 2 de junio fueran cerradas y que entonces los tribunales electorales podían meterle mano y, lo menos, declarar nulas las elecciones. Por eso su reunión con ALITO MORENO.
Mientras que a LOPEZ OBRADOR todo le salía bien, a ellos, todo les fallaba.
NORMA PIÑA tuvo tiempo suficiente para intervenir, proponiendo cambios o adicciones, a la Reforma del Poder Judicial. El 5 de febrero del 2023, fue su gran oportunidad, cuando el presidente envió al Congreso de la Unión su propuesta.
Tardíamente, apenas antier, lo hizo. Los tiempos habían pasado.
Y como AMLO y su grupo siempre tienen muchos planes para sacar adelante los cambios que desean, tendieron las redes para que en ellas cayeran 3 senadores que necesitaban para conformar la mayoría calificada en el Senado. Los 2 del PRD fueron fáciles, porque a ese partido se lo acabaron un grupo de vividores y ya no existe más.
Cómo convencieron a los YUNES para dar el voto crucial, el 86. Eso no importa. Si se valieron de que la política es el arte de negociar, lo logaron con creces.
Hoy nuestro país amaneció con aprobación para reformar el poder judicial. Falta que los Congresos de los Estados lo aprueben. Eso no será difícil.
Lo difícil fue ganar el Congreso de la Unión, la mayoría del senado, convencer al pueblo de que el Poder Judicial es corrupto. Y AMLO lo logró. Es un genio de la política.