Hoy se cierra un ciclo del país: concluye su mandato Andrés Manuel López Obrador y deja una herencia para todos los mexicanos: una esperanza real de una vida mejor.
El tabasqueño, será difícil de olvidar.
En 6 años ha dado clase de que su 4T formará parte del ideario de los mexicanos. Que no es un slogan de campaña, sino que es una forma de hacer gobierno.
Andrés Manuel ha hecho una revolución, sin violencia alguna, apoyándose y apoyando, a los más desprotegidos.
Su revolución ha sido tersa, armando estrategias con muchos planes. La mayoría los pudo sacar adelante.
Convirtió sus mañaneras en el pivote de sus planes y acciones. Mediante esa tribuna disperso su pensamiento y enfrentó a sus adversarios.
En pocas palabras fijo la agenda nacional.
Aquellos comunicadores que vociferaron, y vociferaran, que eran atacados en Las Mañaneras, cuando sus nombres eran mencionados por López Obrador. Nada más falso. No se les atacaba, sino que el presidente de la nación hizo uso del Derecho de Réplica, para dar sus puntos de vista, sobre temas, que, en muchos casos, carecían del sustento de la verdad. Lo hizo también para defender a su familia.
Todo lo que hacía el presidente, le era criticado. Que la cancelación del aeropuerto y la construcción del AIFA; el Tren Maya; la construcción de las refinerías; la compra de plantas de energía eléctrica; el aumento al salario; el pago de intereses adelantado a la deuda exterior; la defensa, principalmente de los Estados Unidos, de nuestra soberanía nacional; lo la guardia nacional y lo del Poder Judicial de la federación. En fin, nada les parecía.
Hay algo que les duele a sus adversarios: deja al país en pleno desarrollo económico, usando sus propias ideas y pensamientos. Hoy, en su última mañanera, mostró el estado que guarda la nación en ese aspecto (económico) las cifras son apabullantes, comparativamente con los sexenios neoliberales.
Aquellos que invitaron a comprar dólares, porque creían que la administración de López Obrador sería un desastre, no tienen más que relamerse las heridas. Si alguien les hizo caso, han perdido. Deja esa divisa extranjera, con un valor un poco menor a lo que la recibió.
Nada, nada les funcionó. Ni lo dictador, ni lo del narco gobierno. Menos lo de Venezuela y Maduro.
El pueblo le entro a la revolución, refrendando con su voto el apoyo a la 4T, depositando en las urnas el sufragio a su heredera Claudia Sheinbaum, de quien se espera siga el legado del casi ex presidente del país.
Andrés Manuel López Obrador se va, pero no en medio del desprestigio de Díaz Ordaz; Echeverría; López Portillo; Miguel de la Madrid; Carlos Salinas de Gortari; Ernesto Zedillo; Vicente Fox; Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, sino con el reconocimiento y el cariño de millones de mexicanos, radicados no solo aquí, sino también los del extranjero.
Hoy habrá tristeza en las grandes mayorías, tal vez hasta llanto. Se va alguien muy respetado, pero sobre todo querido, porque sus promesas de campaña las transformó en acciones reales.
Nos deja alguien que, por fin, supo acordarse de que un grueso de la población existía y los atendió.
Andrés Manuel López Obrador puede irse , con la tranquilidad de que cumplido y no falló.