Por: Aníbal Martínez
La entrevista, se desarrollaba con normalidad. Erasmo González Robledo se “lucía” frente a los medios de comunicación de Ciudad Victoria.
Estaba a unos cuantos metros de las escaleras de Palacio de Gobierno. Esas que llevan al Tercer Piso, desde donde se manda y se gobierna.
Respondía, como político, cada cuestionamiento de los reporteros.
Daba cifras y señalaba obras, que está ejecutando en Ciudad Madero, donde despacha como presidente municipal. Poco faltó para decir que su terruño, es un paraíso.
Su mero “mole”. Acaparar reflectores, para lo que viene, quiere ser gobernador de nuestro estado.
Sin embargo, en un segundo todo se transformó.
Un apellido, Carmona, lo hizo entrar en pánico escénico.
Se mostró, como que no escuchó el cuestionamiento y contestó algo que no se le preguntaba.
-Pero si usted mismo subió la foto con Carmona. Ahí cuando se iba a subir en el avión- se escuchó decir a un reportero.
Erasmo González, a pesar de toda la experiencia política que tiene, no aguantó escuchar ese apellido: Carmona…Carmona. De seguro le retumbó en su cabeza.
Cortó la entrevista y prácticamente, huyó del lugar, enfilándose a las escaleras.
Mientras las subía, reía, pero sobre todo, negaba con su cabeza.
Le echaron limón en la herida… le ardió… le dolió a más no poder.
La Presidenta Claudia Sheinbaum, ha dado línea de los principios morales, que deben privar en MORENA, entre ellos, no a los financiamientos oscuros.
La fama pública, no va con Erasmo González. Es negativa.
El tiempo podrá pasar, pero Erasmo González Robledo, siempre será, “El Hijo de Carmona”… situación que seguramente le impedirá cumplir su sueño: ser gobernador de Tamaulipas…
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